18 de Septiembre, 2024 - ¡No me acuerdo!
Santiago 1:23-24 “Porque si alguno es oidor de la Palabra, y no hacedor, semejante es al hombre que mira su rostro natural en un espejo; pues se mira a sí mismo, y se va, y luego olvida qué clase de hombre era.”
Ser un hacedor de la Palabra de Dios es de suma importancia. Sabemos que la fe viene por el oír y el oír por la Palabra de Dios. Y una vez que la oímos, debemos hacerla para que la Palabra actúe en nuestras vidas. Creo que la mayoría de los creyentes se quedan cortos en el área de hacer lo que han oído. Santiago nos dice, con una ilustración, cómo es esto. Dice que si tienes un espejo y te miras en él pero no puedes recordar cómo eres, es como oír la Palabra y no hacerla. Es olvidar lo que has oído, que es el remate de este versículo. No poner la Palabra en práctica causa que olvides lo que Dios te ha dicho de la Palabra. Es olvidar las instrucciones de la Palabra u olvidar lo que el Espíritu Santo dijo que hicieras personalmente mientras estabas leyendo, estudiando o escuchando la Palabra de Dios.
Este olvido es un verdadero problema para los creyentes. Cuando olvidamos, no estamos estimando lo que el Señor ha escrito para nosotros y lo que nos ha hablado personalmente. Yo sé, para mí personalmente, cuando el Señor habló a mi corazón, pensé que era tan fuerte y tan profundo que nunca lo olvidaría, pero al igual que tú me encontré diciéndole al Señor: «Dime otra vez lo que dijiste». Si no lo escribo, se pierde. Muchas veces, en Su gracia, Él lo repetía. Pero al principio, el Señor hizo que personas que yo respetaba mucho me hablaran, por el Espíritu Santo, y me dijeran: «Cuando te diga algo, escríbelo». Después de que Él me habló eso, fue gracioso porque en la próxima reunión que estuve, tenía tres cuadernos que me dieron personas de la iglesia. Debemos escribirlo, para que no olvidemos lo que Él ha dicho. Esto siempre ha sido un problema en el cuerpo de Cristo, olvidar lo que Dios ha dicho.
Los hijos de Israel tuvieron este problema, y Dios les advirtió cómo nos está advirtiendo a nosotros. Deuteronomio 8:11 dice, «Guárdate que no te olvides de Jehová tu Dios, no guardando sus mandamientos, y sus juicios, y sus estatutos, que yo te mando hoy». En el versículo 14, les dice que cuando se olvidan del Señor, es una forma de orgullo. Parece que si solo nos encogemos de hombros, realmente no nos humillamos ante Dios, no tomamos Su instrucción como un mandamiento, o no fuimos serios acerca de la revelación o la instrucción que Él nos dio ya que no lo hicimos. En cambio, las olvidamos. Incluso el salmista nos advirtió en el Salmo 103:2: «Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides todos sus beneficios». Esta advertencia es importante para nosotros. Si olvidamos Sus beneficios, no caminaremos en Sus promesas. Debemos recordar que Él nos perdona, nos sana, nos redime de la destrucción, y nos corona de amor y misericordia. Si olvidamos eso cuando estamos bajo ataque, no nos hace ningún bien. Debemos recordar estas cosas. Deberíamos recordar lo que Él dijo. Pablo le dijo a Timoteo que recordara estas cosas a los hermanos (1 Timoteo 4:6). Pedro también dijo que no dejaría de recordarnos, para que estuviéramos firmes en esta verdad presente (2 Pedro 1:12). Este recordar es importante, ¡así que les recuerdo que no olviden lo que el Señor les ha revelado y hablado!
Pr. Mark Garver